Caso de estudio: SOP Normopeso: El mapa genético que apagó la inflamación y reguló las hormonas

El perfil

“María” (nombre protegido), una mujer de 34 años, fue diagnosticada con Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) a los 25. A pesar de tener un peso normal (normopeso), sufre una sintomatología persistente que merma su calidad de vida: ciclos menstruales irregulares, acné quístico en la zona de la mandíbula e hirsutismo. Frustrada porque los consejos habituales se centran en la pérdida de peso —algo que no necesita—, acude a la consulta buscando una solución de precisión que entienda su caso particular.

Los síntomas

Lo que más le molesta a María es la impotencia frente a un diagnóstico de SOP que parece no tener una causa clara en su caso. Su lucha diaria incluye:

  • Desequilibrio hormonal visible: Acné persistente que afecta su autoestima.

  • Inflamación y malestar digestivo: Hinchazón abdominal constante que no sabe a qué atribuir.

  • Antojos y "niebla mental": Un deseo irrefrenable de azúcar por las tardes, seguido de un desplome de energía que afecta a su concentración. Siente que su cuerpo está fuera de control y que su esfuerzo por comer "sano" (incluyendo lácteos desnatados, ensaladas, etc.) no da ningún fruto.

El descubrimiento genético

El test N-Gene® que aplicamos, revela los motores genéticos que están alimentando su SOP desde dentro. Los hallazgos se conectan directamente con los pilares fisiopatológicos del síndrome:

  • El foco inflamatorio: El informe muestra una predisposición genética altísima a la intolerancia a la lactosa. De repente, todo encaja. Sus "saludables" lácteos son una fuente constante de agresión para su intestino, generando la inflamación crónica de bajo grado que es un conocido amplificador de los síntomas del SOP, empeorando tanto la resistencia a la insulina como el hiperandrogenismo (acné).

  • El origen del descontrol metabólico: Se desvela una combinación crítica para el SOP: una predisposición a niveles bajos de dopamina y un alto riesgo genético de adicción al azúcar. Esto explica por qué sus antojos son tan intensos. No es falta de voluntad; es una predisposición neuroquímica que la impulsa a consumir azúcar, generando picos de glucosa e insulina que son el combustible directo para el hiperandrogenismo y la disfunción ovárica del SOP.

  • Los cofactores críticos: El test alerta de dos factores clave en el SOP:

    • Una predisposición a niveles bajos de Vitamina D, un déficit directamente relacionado con una peor regulación hormonal y metabólica en mujeres con SOP.

    • Una tendencia a tener el colesterol HDL bajo, un marcador de la dislipemia frecuentemente asociada al síndrome.

El plan de acción

Con este mapa genético, se diseña un plan de precisión para desmontar los pilares de su SOP:

  1. Eliminación de la lactosa: El paso más inmediato y crucial para reducir la carga inflamatoria.

  2. Estrategia “Dopamine - friendly”: Se pauta una dieta que estabiliza la glucemia (evitando los picos de insulina) y apoya la síntesis de dopamina con alimentos ricos en su precursos, el aminoácido tirosina.

  3. Apoyo al perfil lipídico: Se incrementa la ingesta de grasas monoinsaturadas (aceite de oliva virgen extra, aguacate) y omega 3, para mejorar niveles de HDL.

Suplementación de precisión:

  1. Se pauta vitamina D, para corregir deficiencia genética y mejorar la sensibilidad a la insulina y la función ovárica.

  2. Se añade un suplemento de Myo-inositol, el cual, aunque no se deriva del test, es la elección lógica basada en evidencia para el SOP una vez identificada la base metabólica.

El resultado

Tras 12 semanas, los resultados validan la estrategia de precisión:

  • Sus ciclos menstruales se han empezado a regular.

  • El acné quístico ha remitido en más de un 50%.

  • La hinchazón abdominal ha desaparecido, junto con el malestar digestivo.

  • Los antojos de azúcar y los bajones de energía son cosa del pasado.

  • Una analítica de control confirma la mejora en sus niveles de Vitamina D y colesterol HDL.

Al finalizar el desarrollo de este caso se puede concluir que: El caso de “María” demuestra que entender los factores genéticos subyacentes es fundamental para tratar el SOP con éxito, especialmente en casos de normopeso. La nutrigenética permitió crear una intervención quirúrgica que silenció la inflamación y atacó la raíz de su desequilibrio hormonal.

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